Bienvenida mamá y bienvenido papá.
Bienvenidos tíos y abuelos.
Bienvenido el amor más grande del mundo.
Los adoro, no veo el momento de conocerla.
Hoy, como la mayoría de ustedes, fui a votar. Me tuve que tomar dos colectivos porque no hice el cambio de domicilio. El primero de ellos fue el 126, el boleto de ida marcaba las 12:15. No obstante, a esa hora me bajé del colectivo porque cuando subí se rompió la máquina y recién pude sacar el boleto al bajar. El colectivero estaba muy carajeado, el colectivo muy lleno, la gente de mal humor. Luego de hacer transbordo y viajar en el 2º colectivo llegué a destino. Y en las calles...ni un indicio de veda electoral. Vislumbré el Esnaola de lejos con una sonrisa de alivio porque el 50% de mi travesía había finalizado. Mmmm, que suerte! no hay mucha gente en la puerta, pensé. Claro, no había mucha gente en la puerta porque estaba TODA adentro. Nunca hice una cola tan larga ni tardé tanto para votar. Las mujeres estaban de mal humor y se quejaban por la lentitud de las autoridades de mesa. En cambio, la cola de los hombres avanzaba con un ritmo envidiable (al margen: ¿por qué las colas de mujeres siempre son más lentas que las de los hombres?). A esto le sumamos la paranoia colectiva que crece en torno a la Gripe A, todos con barbijo, el sobre no se pegaba con saliva, había una almohadilla húmeda, una boligoma y un frasco de alcohol en gel en la mesa de cada cuarto oscuro para que los virus no bailen dentro de la urna. Fui testigo de una pelea porque nunca falta la avivada que se quiere colar. En fin, yo me calcé los auriculares e intenté aislarme un poco. Me llegó el momento, voté, pegué mi sobre con boligoma, me fui. Tomé el 44, luego el 126. Y quién me recibió? Si! el mismo colectivero que me llevó a la ida. Para mi sorpresa se acordaba de mi altercado con la máquina expendedora y me dijo: ahora anda, podés sacar el boleto. Y lo saqué, exactamente a las 14:17.
POSTER
SODA STEREO
56 X 75
DE LA REVISTA 13/20
NUNCA FUE PEGADO
Viene con 2 posters mas de Sting y de Sheena Easton
Siguiendo con el tema (perdón si aburro, se me abrió una puerta en la memoria y no puedo parar), yo tenía mi agenda. La más cool que tuve fue una con solapa con velcro, acolchadita. Era un cúmulo de frases, figuritas, papeles de golosinas, tarjetas de boliches (que NUNCA había pisado en mi vida), boletos capicúa. También dibujaba clásicos como Hendy. Cuestión: ¿quién inventaba las frases que uno escribía en la agenda? ¿se transmitían de generación en generación? Algunas que me acuerdo (todas muy piolas):
Ser socia del Cromy Club era genial. Recuerdo que me enviaban a mi casa los álbumes de figuritas. Era simplemente genial, creo que lo más de lo más era recibir una carta a mi nombre a mis escasos 8 o 10 años. Junté muchas figus en mi vida, tuve el álbum de Jem, de Frutillitas, de los Ositos Cariñosos, pero guardo en mi memoria dos en especial. De estos me acuerdo las páginas y todo. El primero: Rainbow Brite. Yo quería SER ella, usar sus polainas, su pollerita (hubiera
quedado excelente en mi físico generoso). Lo mejor era la página doble para vestir a los personajes. El segundo: Los Popples. Se metían en una bolsita que formaba parte de su cuerpo, algo así como un canguro autosuficiente. En fin, no se por qué tengo esta onda nostálgica ultimamente pero me divierte bastante, sobre todo porque encuentro imágenes en internet que me sacan instantáneamente una sonrisa.
Nos conocimos a los 6, probablemente mientras formábamos fila por primera vez en el patio del colegio. Rápidamente nos dimos cuenta de que vivíamos a dos cuadras. De ahí en más vivimos una en la casa de la otra, nos prestamos nuestras camas, nuestras familias, nuestra ropa, nuestra cotidianeidad. Inventamos juegos, caminamos cantando abrazadas por la calle, nos creímos grandes, nos declaramos amor incondicional. Nos convertimos en hijas sustitutas de la madre de la otra a la hora de volver de bailes y cumpleaños o pasar fines de semana o vacaciones juntas. Descubrimos juntas infinidad de cosas y cuestiones. Su casa fue una parada obligada casi diaria durante mis retornos después de jornadas de estudio o trabajo. Con ella aprendí a divertirme con poco, a hacer mate cocido sin saquito y pochoclo con almíbar. Se casó con una persona hecha para ella. El y yo aprendimos a querernos y ahora lo considero un gran amigo. Ella es mi ejemplo de perseverancia, esfuerzo y responsabilidad. Una de las personas en quien más confío en este mundo. Uno de los seres más transparentes y buenos que conocí. Alguien que la distancia no me va a quitar de ninguna manera. Y ahora tiene un hijo creciendo en su panza. Y yo no puedo parar de sonreír.
Gracias a M por insistirme para que mire esta peli. No entiendo por qué tardé tanto en hacerlo. No lloré por sensible y maricona...fue solo esta película. Hace mucho que no lloraba con una peli, en general no me hacen llorar. Esta me hizo llorar con muchas ganas.
"...Tuve yo la culpa, lloraba, y era verdad, no se podía negar, pero también es cierto, si eso le sirve de consuelo, que si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego las imaginables, no llegaríamos siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos. Los buenos y malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos o para pedir perdón, hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla..."