Hoy empezamos a contar algo nuevo. Te fuiste, nos despedimos mucho. Nos abrazamos todo. Nos dijimos tanto. Y acá estoy, en "la sede central", como nos gusta llamarla. Con un nudo en la garganta y esperando ver qué pasa mañana. Y pasado. Y después. La tecnología juega a nuestro favor, me dejó acompañarte un rato mientras cenabas. Pero todavía no se inventó una forma de tocarse y olerse vía internet. Y me va a faltar tu olor y tu cuerpito. Y tus besos y abrazos. Y tu carita en la almohada y las noches eternas. Igual estoy contenta, esto huele bien.
Mañana será otra vida.
No me aguanto hasta mañana.
1 comentario:
Vivo lo mismo desde la soledad de un hotel, cómodo y amistoso, pero extraño y sin los olores, ni siquiera los míos. Así de extraño llaga a ser.
También esperaba este día por innumerables motivos. Pero lo lamento por otros innumerables motivos.
Más que oler bien, suena bien. Ya va a oler bien, cuando nuestros oleres se inunden de un tercero, el olor de la Domi.
Y mañana... mañana pinta bueno, por eso se ve bien.
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