Hoy vino ella con su pancita incipiente a darme calor de amiga.
Como quien no quiere la cosa, confesó que vino a estar cerca.
Porque conoce mis voces, mis tonos, mis pesares no dichos.
Y vino a sacarme el nudo de la garganta, como un sacatapón.
Y nos abrazamos.
Y la quiero tanto.
Y lo logró con creces.
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