miércoles, 29 de febrero de 2012

rincón de arte

Mi primer jardín se llamaba "Pétalos". Empecé en salita de 3. Quedaba sobre Honorio Pueyrredón, a unas cuadras del Cid Campeador. De eso me acuerdo poco y nada, si recuerdo a mi seño Gaby, una escalera finita y jugar en la terraza con unos neumáticos pintados de colores. De ahí pasé a la escuela "República del Ecuador", donde hice desde sala de 4 hasta 7º grado. Amo esa escuela, me dejó muchos recuerdos hermosos, y amigos muy queridos. En el Ecuador entré a los 4, con la señorita Lucy, una mujer que dejaba mucho que desear como docente. Aún conservo mis fichas de ingreso y evaluaciones, tristísimas. Pero claro, a los 4 uno no evalúa esas cosas, yo quería a mi seño por supuesto. A los 5 mi seño era Silvia, la amaba. En la sala había rincones y uno elegía a cuál ir. Yo siempre iba al rincón de arte (yo siempre trato de volver al rincón de arte en realidad, pero ese es otro tema). Me encantaba dibujar y tenía una fascinación especial por las bailarinas, las polainas, los tutús, los rodetes de bailarina, las puntas de pies de bailarina y todo lo que se relacionara con eso. Acá les muestro la prueba, este dibujo lo hice en sala de 5, son dos bailarinas con su atuendo cuidadosamente diseñado. Me acuerdo perfectamente del momento cuando las dibujé. Mientras lo hacía venía la maestra y otra persona que no se si era una mamá o una auxiliar, y me decía que dibujaba muy bien para tener 5 años, o se lo decían entre ellas, y yo escuchaba y me encantaba que me elogien. Tanto me encantaban los elogios que nunca me permití equivocarme, patológica la nena. En la primaria, un 8 era motivo de llanto, yo quería todos sobresalientes. Y en el jardín, me acuerdo que era la semana gardeliana y había que llevar recortes de diarios que tengan que ver con gardel. Yo me olvidé por completo, o no encontré porque en mi casa no se compraba el diario, no se. La cuestión es que me agarré unos de otro nene, que por supuesto me acusó. Yo me hice la boluda, y acá les muestro la prueba, mi trabajo divino con fotos robadas. Si estás leyendo, Ariel, perdoname. Fuí una niña con problemitas.
Para terminar, en el dibujo de las bailarinas se puede apreciar un "¡Qué lindo!" que me puse yo misma, cuando descubrí que podía corregir mis trabajos de años anteriores. Lo mismo hice con mis cuadernos. Y claro, siempre me iba de 10. Sin palabras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada más quiero decir que me gusta como escribís. Eso.