miércoles, 17 de junio de 2009

nadie está exento

Este tema no lo toqué nunca acá, pero ahora lo tengo en la cabeza por una polémica que se generó en un blog vecino. Cada vez son más importantes los rumores de cierre de los hospitales Borda y Moyano. Cierres claramente promovidos por negociones inmobiliarios que dan la espalda a la salud pública de un modo obsceno. A mi me toca vivir desde adentro al Moyano, un hospital psiquiátrico que la gran mayoría de la gente cree que "se viene abajo", donde las pacientes "están desnudas, sucias, descuidadas y sobremedicadas". La realidad es tan diferente que no lo puedo transmitir e invito a quien guste a visitarlo. Ese hospital fue remodelado casi por completo desde 2005 hasta ahora, y las obras siguen, a pesar de que lo están por cerrar. La gran mayoría de los pabellones no tiene mucho que envidiar a una clínica privada. El parque tampoco. Es un lugar que alberga a muchas pacientes abandonadas por su familia y por la sociedad que no tienen la libertad de vivir dignamente porque sufren una enfermedad mental que les impide comprender qué las daña y qué las protege. Que el frío enferma, que la basura no es comida, que hay gente que las puede agredir sin asco. Se que la función de un hospital público no debería ser albergar gente desamparada, pero esto es más que gente desamparada, son enfermas psiquiátricas que reciben tratamiento. Más allá de esto, hay muchisimas otras pacientes que reciben atención ambulatoria y hay equipos de laburo que funcionan. Hay gente (yo soy una) que no cobra un mango por estar ahí y sigue estando. Y cuál es la alternativa que se ofrece ante el cierre del hospital? ese hospital que recibe a las pacientes de TODOS los demás hospitales cuando ya no tienen a dónde mandarlas, qué hacer con ellas? Proyectos impracticables, que requerirían miles de profesionales rentados que se encarguen del seguimiento de los pacientes. Proyectos que necesitan de muchos lugares acondicionados para la atención y la internación de pacientes psiquiátricos graves, que van a seguir apareciendo aunque los hospitales se cierren y que van a seguir necesitando internación prolongada aunque eso no encaje en el modelo cool. Una sociedad preparada para recibir a los pacientes aptos para reinsertarse. La diferencia entre esta situación que vivimos y la que vamos a vivir cuando se cierre el Moyano (y el Borda) es que los pacientes van a estar deambulando por la calle y muriéndose de frío, literalmente. Tal vez en otros países sea un proyecto realista ese de cerrar los hospitales psiquiátricos. Pero el cierre no va a hacer desaparecer la locura. Creo que hoy, acá, va a ser un perjuicio para los enfermos y la sociedad en su conjunto. Todos le temen a la locura y a los locos, todos se alejan. Nadie está exento.

2 comentarios:

mechi dijo...

Estoy segura que Mauricio y Gabriela (ah, no, cierto que Gabriela nos abandonó) no se van a cagar en los locos y en cada plaza,puente,hall de banco/negocio/edificio, van a repartir frazadas!!
Va a estar bueno Buenos Aires lleno de pintitas amarillas por doquier que señalicen a los vecinos la ubicación de los loquitos para poder escapar tranquilos.

Sil dijo...

No se preocupen, que Mauri y Gaby van a sacar a los locos con los barras bravas como hacen ahora, asi que las plazas van a aquedar limpitas, limpitas...