domingo, 28 de diciembre de 2008

cuestión de tiempo

Miro el reloj, son las 15:09. No puedo dejar de pensar: "en realidad son las 14:09". Evidentemente no digerí el cambio de hora (además necesito una excusa para dilatar un rato el ocio). Ni hablar de lo extraño que me resulta que en el noticiero pongan la hora Es y la hora Oe. Quiero que llegue el momento de atrasar el reloj y recuperar mi horita preciada. No dejo de reconocer que el tema del ahorro de energía es importante, pero tengo la sensación de que con el cambio de hora la gente cena más tarde, se duerme más tarde y vive más tarde. No se puede cenar de día, ni siquiera uno tiene ganas de pensar en cenar cuando es de día.

3 comentarios:

exseñoM dijo...

A mí lo que me pasa es que me da culpa tener hambre cuando todavía es de día ¡pero es la hora de cenar, che!

Anónimo dijo...

no hay nada màs traumàtico que cenar con luz de día

elzoocalo dijo...

Mi estómago no sabe si hay afuera hay luz o no.
Amo el cambio de hora. Me acuesto a las 23 con la alegría de saber que son las 22hs, sé que no gano horas de sueño porque me levantaré a las 6.30 (hora solar) en vez de a las 7.30, pero... ¡qué lindo ver el cielo de las 6.30!