sábado, 23 de junio de 2012

aquí finaliza el horario de protección al menor (o ¿con esa boquita decís te quiero?)

No es que no quiera escribir, es que no me sale. Mientras tanto en algún lugar de Alta Gracia pasan cosas buenas como que tengo gas natural, estoy muy encaminada para sacar el registro de conducir, mi hijito está empezando a caminar y da besos sin que se lo pidamos, tengo ganas de estar acá y no allá, empecé spinning y no lo abandoné, le tejí un pullover rojo a mi bebé (abrigadísimo, como corresponde). Estamos cumpliendo un año en esta casa que ya no es una heladera. Puedo usar el horno y bañarme sin miedo de quedar congelada porque se termina el gas del tubo, puedo lavar los platos con agua caliente, me puedo lavar la cara sin sentir que se me congela cada célula. Uno no se da cuenta del valor de lo que tiene hasta que no lo tiene, puede ser, con algunas cosas no se cumple porque uno puede darse cuenta de su valor en vivo y en directo, pero con el gas me llevé flor de sorpresa. También pasan cosas feas en Alta Gracia como que nos dimos cuenta de que tenemos algunos vecinos muy hijos de puta, como que la instructora de manejo me dejó plantada por tercera vez y en lugar de pedirme disculpas me echó la culpa y me cortó el teléfono, como que todos los putos días a la hora de la siesta suena el teléfono y es una puta grabación de Claro para ofrecerme no se qué poronga que yo no pedí y como que cuando decido invertir mi tiempo apretando la opción 1 para que me asesore un puto pelotudo y le pido que no me llamen más porque despiertan a mi hijo me corta el puto teléfono. Como que me llame una imbécil de Telefónica diciéndome que es para confirmar el descuento para las llamadas de larga distancia, y yo no sepa de qué confirmación estamos hablando si yo nunca pedí un descuento y me notifique del recurso barato que usan para sacarle guita a la gente. Como que día por medio me suene el celular y me ofrezcan un plan con factura cuando no quiero el puto plan y ya pedí que no me sigan llamando. Como que me siento un poco invadida por las empresas de comunicación pero, ojo, el martes pasado me quedé sin internet y el 112 me daba ocupado o se cortaba directamente. Bueno, hice mi descarga. Todas estas banalidades que acabo de escribir son cosas malas que me resbalan y no afectan mi vida en absoluto, me hacen dar cuenta de que el mundo está lleno de forros pero no la afectan de verdad, no. Las cosas que la afectan no son banales, son reales y me congelan los dedos para seguir escribiendo, aunque en mi casa ya no haga frío.

2 comentarios:

yael sadras dijo...

Mantenete conectada con las cosas lindas que contas..y dame tu mano a la distancia,asi no se congelan mas.
te quiero mucho.

ale dijo...

si queres te enseña a manejar mi viejo!!es un capo y no te deja colgada...al contrario..jaja...besotes dani!!exitos!!