Hace poco me acordé de la sensación que tuve cuando instalaron el cable en mi casa. Cablín fue el primer canal que miré, me copaba mucho el segmento de Morgado y Esteban Prol cabeza abajo. Me cagaba de risa cuando se tentaban. Un mundo aparte fueron las publicidades internacionales, tres en especial. La primera, la de Magna Doodle, la canción me persigue de vez en cuando pero no supe bien qué producto era hasta años depués. La segunda, Crash Dummies. "No seas tonto. Ponte el cinturón de seguridad". Y la tercera, la de SpyTech, "Tienen SpyTech, cancelen el plan". Quería SpyTech, unos juguetes de espía que seguro no funcionaban taaaaan bien como en la propaganda. Jamás se me pasó por la cabeza que existían en Argentina, hasta que un compañero me dijo que tenía la cámara para sacar fotos doblando las esquinas. No se si me mintió, pero lo envidié tanto. Igual que a vos, si, a vos, que tenés la vuelta al mundo de los Pin y Pon. Una vez estuve a punto de tenerla, o al menos mi ilusa mente infantil lo creyó. Fui con mi papá a la juguetería y se la pedí, pero me convenció de que era un juguete aburrido y me terminó comprando un oso gigante. Y bue, al menos puedo decir que tuve una Mandy. Era más o menos así:
¿Y por qué el sombrerito no está en la cabeza?
Mandy es Mandy, no hay nada que hacer.
2 comentarios:
"Mandy, Mandy, Mandy..." Las Mandys son a los Pin y Pon lo que las Tamys a las Barbies.
mandy!!! en mi universo eran las primas proletarias de pinipon
LAS RE BANCO!!!
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