martes, 18 de mayo de 2010

nuevo amigo

Me compré un torno de alfarero. Tengo la fantasía de hacer alfarería en mi casa, cuando se me cante. Voy a necesitar clases, hace mucho que no toco un torno. Pero no importa, aunque lo tenga de adorno unos meses, me da alegría tenerlo. Es un símbolo de cambio para mi. No porque me voy a convertir en ceramista, aunque uno nunca sabe...si porque la alfarería, la pintura, el tejido, la costura, cualquier cosa que se me ocurra hacer y pueda llevar a cabo, me da felicidad. Es un costado que tengo guardado hace años gracias a la carrera, el estudio, el trabajo y otras cosas. Solo le doy pelota en algunos ratos, cuando agarro la aguja, el pincel o se me ocurre reformar un vestido de mi bisabuela. Pero como que no me alcanza. Tengo una necesidad de expresar algo que solo se expresa por ese medio, mucha energía que descargar, es un cable a tierra. Literalmente. Así que por eso, estoy feliz de haber tenido la oportunidad de comprar el torno y, fundamentalmente, de no haberla dejado escapar.

Muchos estarán pensando en Ghost, no? Yo también... ejem, ejem.

3 comentarios:

S dijo...

Chubasca, usted es mi idola.
Y la entiendo (no sabe cuánto).
No dejar pasar la oportunidad, esa es la cuestión.
Deje que el torno y su idea se maceren el tiempo necesario, hasta que sea imposible no acercarse.
La saludo.

(Oráculo word verification: plasest).

exseñoM dijo...

¡Felicidades! ¿En qué casa vive el torno?

lachubasca dijo...

El torno vive abajo de la mesa de un hotel que no conozco, pero ya vivirá en AG.