viernes, 13 de marzo de 2009
cambia, todo cambia
Antes uno iba al supermercado y compraba un desodorante de ambientes o un limpiador fragancia pino, lavanda, rosa, eucalipto, etcétera . Simple, ¿no? Me gusta el olor a eucalipto, compro eucalipto. Hoy tengo ganas de pino, compro pino. Tiempo consumido en el trámite: un minuto, a lo sumo dos si uno quería oler lo que estaba comprando. Parece que ahora la onda no es oler sino "sentirse inspirado". A la hora de elegir qué comprar uno debe navegar hasta lo más profundo de su ser y determinar a dónde quiere ser transportado por su amigo desodorante de ambientes. Por favor, que alguien me diga a qué equivale la siguiente"paleta" de fragancias: Latidos de la Tierra, Dulces Momentos, Bosques de Bambú, Brisa Polar, Suavidad de Algodón, Espíritu Joven, Spa y (lo mejor para el final) I Love You. Por mi parte no hay caso, no logro imaginar qué olor tienen todos estos productos. Acto seguido intento oler, pero a la tercera probada ya se me mezclaron los aromas. Y termino comprando uno al azar. Y generalmente me ensarto.
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5 comentarios:
Totalmente! ¿Y la fragancia "bebé"? huele a pañal! (sin caca ni pis, eso sí)
Lo peor es que luego cuando uno los coloca en el toilet, terminan teniendo todos el mismo olor feo.
Al leer esa reflexion, se me vino a la mente otro producto que cambio de la misma manera, y son los vinos.A parte de que ahora existen mil marcas y que todas las provincias tienen las mejores cualidades para elaborarlos,el dato mas curioso es la sarasa de sabores que supuestamente debemos descubrir al beberlos; que van desde frutos oscuros del bosque a gusto a roble cortado en una mañana de lluvia o sino que tienen un fino gusto a vainilla con tenue fragancia a almendras tostasdas, y asi miles de sarasas.
PD:Que lindo era ir de la mano con papa a buscar la damajuana o el vino con tapa a rosca a la vineria del barrio
claro, coincido con el comentario anterior: ¿Quién quiere que lo que está tomando tenga sabor a madera? Por mi parte odio el vino, pero la gente quiere tomar vino, rico, dulce, amargo, pero vino al fin. Si quiere saborear una madera en vez de gastaarse unos cuantos morlacos en vino se puede poner a chupar el respaldo de su cama, no?
un beso, blogger
flopita.
jajajajaja. y lo peor cuando uno lo mezcla con lavandina para que limpie mejor. ja ja ja ja.
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