I
"De la guerra del '14 cuando yo tenía cinco años no recuerdo nada acerca de mis dos hermanos (una mujer y un hombre). Pero de mi hermanito Szloimele sí. Un día mis padres deciden escaparse a otro pueblo más grande, pensando que en el nuestro corríamos más peligro. Preparan el carro de cuatro ruedas que teníamos, toda la ropa necesaria, llenan el carro hasta arriba y atan a él un caballo que era chiquito como un enano, pero bastante fuerte. Pero la familia no cabe, entonces me suben a mí y a mi hermanito y los demás van atrás del carro. Eran 14, 15 kilómetros, y el caballito tira. Atrás del carro va mi mamá, recogiendo las cosas que se caen, y así llegamos muy cansados todos y ya al final me sacan a mí también de arriba y queda mi hermanito. De repente el carro se da vuelta con todo el peso y mi hermanito queda abajo de todo. Empieza a correr gente y ayudan a levantar el carro y sacar a mi hermanito, que estaba más muerto que vivo y lo salvan. Después el carro entra en un lugar donde se puede guardar, y a nosotros (a mi hermanito y a mí) nos llevan a un sótano. Allí ya había varios chicos con sus madres. Los demás quedan arriba. Este sótano se llena con colchas de plumas y con las almohadas. Con una parte tapan las ventanitas, y así pasan unos días, y los aviones empiezan a bombardear. No bombardean las casas pero sí los edificios públicos y las calles. En la calle está mi papá, al lado de él caen varias personas. Dicen que mi papá quedó como paralizado y se tapa la cabeza con las manos. Me olvidé de contar que mi abuela también estaba con nosotros. Después del bombardeo nos sacaron del sótano, pero todos los chicos estábamos con diarrea. Y apestados, llenos de piojos, volvimos a casa. Todo el pueblo estaba vacío de gente, y allí no había ningún bombardeo, pero en la puerta de casa estaba nuestro gato esperándonos con mucha alegría..."
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