Resulta que un día fui a la casa de una amiga de mi mamá que tenía dos hijos varones. Uno de mi edad, aproximadamente, otro más grande, como mi hermana. Teníamos algo así como cuatro o cinco años, no más que eso. Estábamos en etapa de descubrimiento, él más que yo evidentemente.
Y nos escondimos atrás de un sillón, no se bien para qué. Entonces me dijo, literalmente: "si me mostrás la manzana te muestro la banana". Fue la experiencia más horrenda que viví en esa casa. De más está decir que no le mostré un carajo, creo que apenas entendí su intención ( lo cual me demoró unos minutos) huí despavorida. Bueno, era eso, una anécdota más.
1 comentario:
yo tuve una experiencia parecida en jardín de infantes, pero accedí al pedido. Siempre fui mas debil. (¿o yo hice el pedido?).
Nos miramos, pusimos cara de nada y nos fuimos a trepar a esas estructuras grandes y amorfas que tienen los patios de los jardines, en los jardines que tienen patio.
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