viernes, 28 de agosto de 2009
martes, 25 de agosto de 2009
mentime que me gusta
Uno realmente desea tener un buen día. Se levanta, una duchita caliente, café con leche. Llega el momento de vestirse...qué me pongo? Ultimamente no me resulta muy fácil decidir, digamos que el clima está un poco caprichoso para mi gusto. Por eso recurro al pronóstico y prendo el televisor. Y me amargo mal. A ver, son las ocho menos cuarto, ¿hay necesidad de transmitir cinco malas noticias AL HILO? ¿es necesario que mientras trago el último sorbo de café con leche me cuenten cómo apuñalaron a una embarazada o me muestren un velatorio en vivo y en directo? ¿por qué me vomitan sin piedad lo mal que está el tránsito, lo pésimo que funcionan los servicios de transporte, los muertos del día, todo junto? Ni siquiera me dan tiempo a cambiar de canal. No soy de esas personas que desconocen la realidad, solamente quiero que apenas me levanto haya algún programa destinado a desearme un buen día, aconsejarme qué llevar puesto y hacerme escuchar un poco de buena música. Me conformaría con un canal que te ponga música de fondo y un cartelón con la hora y la temperatura. Si total voy a salir a la calle igual, voy a comerme el tránsito de mierda igual y voy a viajar como ganado igual. No es que porque me lo recalquen va a disminuir el malestar. Malas noticias en horario vespertino, por favor. Antes de salir, mentime que me gusta.
jueves, 13 de agosto de 2009
mi vecino el lascivo
Escucho coger al vecino, pero demasiado, como con mucha claridad.
Mientras yo estudio, el coge.
Mientras yo laburo, el coge.
Mientras yo cocino, leo, escribo, coge, coge, coge.
Uno de estos días me asomo y lo aplaudo.
Ahora me doy cuenta de que solo escucho un hombre...será pura autosatisfacción?
Al cabo que da lo mismo.
miércoles, 12 de agosto de 2009
la mandarina se pasea
A raíz de una conversación que mantuve hace unos días me quedé pensando lo siguiente: hay frutas que son más aceptadas socialmente para salir del hogar. Por ejemplo, si voy a llevarme una fruta al laburo automáticamente pienso en una manzana. La saco, la como, listo, no pasa a mayores. Ahora bien, la manzana me parece bastante aburrida y decido llevarme una mandarina. La mandarina, y creo que la banana también, son frutas que si uno las saca del contexto del hogar generan reacciones en la gente. Algunos consideran que no da comerse una mandarina en el laburo por el olor, por las semillas, porque se te ensucian las manos, etc. Y la banana lo mismo. Yo estaba entre esos algunos. La cuestión es que yo decidí hacer la prueba y llevé la mandarina. Y me pidieron un gajo sin miradas de desaprobación. Moraleja: llevate una mandarina al laburo, no pasa naranja (cuac!).
martes, 11 de agosto de 2009
engañapichangueame que me gusta
Hoy en Canal(á) un crítico dilapidó a Iñárritu y dijo: los espectadores se dejan engañapichanguear con películas chorongas como Babel y 21 gramos. Simpático lo del engañapichangueo y la chorongueada y acertada opinión para mi gusto. Pero aplausos y ovación para Brad, Sean y Benicio. Y babero para mi.
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