lunes, 28 de abril de 2014

advertencia: escribí algo deprimente

Ultimamente (y no por casualidad) pienso mucho en la muerte. No tengo una enfermedad terminal, no que yo sepa, y en esta última aclaración aparentemente inocente, inconsciente o ambas, se manifiesta mucho de lo que me pasa. No se de dónde me salen estos pensamientos, surgen. Están ahí y me molestan todo o casi todo el tiempo. Pienso que la vida no debería terminarse, que no puede ser que uno se muera y todo se termine, que no me quiero perder nada, y muchas reflexiones por el estilo. Cuando me doy cuenta de todo esto que me pasa (porque la mayoría del tiempo cuando pienso estas cosas tan copadas no soy consciente de mi problema mental) siento que debería hacer terapia. Pero me da paja, no quiero, no se. Necesito que alguien me de un punto de vista sobre esto que me alivie. Lamentablemente no creo en la reencarnación. Capaz me vendría bien creer en algo.

sábado, 5 de abril de 2014

volví una noche

Hace mucho que no escribo. Me pasó la vida y sus cuestiones. Hablo de las cuestiones no tan buenas. Y no me dieron ganas de escribir, porque todo lo que me salía era feo y no quería hacer mal a nadie. Así que decidí convertirme en lectora silenciosa, usar mi blog como puerta de entrada a los blogs que nunca dejé de leer. Y ahora estoy acá, en este lugar que de virtual no tiene nada. Y pretendo volver con cierto anonimato, supongo que muchos de los que me leían ya dejaron de visitarme por acá. La intuición no les falló, varias veces pensé en cerrar el blog, pero no quería perder mi lista de favoritos. Vuelvo a este lugar, me siento diferente. Creo que soy más feliz y más sincera conmigo. Que me acepto más que antes, que me quiero más que antes. Y que todavía me falta mucho por recorrer.

sábado, 8 de diciembre de 2012

algo habré hecho

Este cumpleaños que pasó recibí tantos saludos con palabras bellas sobre mi persona, mensajes cariñosos, amorosos, emotivos. Muchos, como nunca antes, de las personas que necesitaba recibirlos. Todo me hace pensar que la distancia es una minita boba y que algo bien estaré haciendo. Porque soy de las que piensan que todo vuelve, que se cosecha lo que se siembra, que el tiempo se encarga de reparar y hacer justicia y ese tipo de cuestiones.

sábado, 17 de noviembre de 2012

rivadavia

Las calles de Buenos Aires, sus apelmazados negocios, sus apurados transeúntes, sus manteros y su folclore, sus colectivos abarrotados, su ruido, sus bocinas, sus apurados, sus perros, sus baches y pozos, sus obras en construcción, sus puestos de pochoclo y garrapiñadas, su vendedor de quiniela en la misma esquina hace años, sus paradas de colectivos, sus pasajeros, sus puestos de flores, sus palomas y su caca, su vibra loca. Yo las quiero, a lo lejos las quiero, y de cerca también. Mi lugar conocido, todavía pertenezco acá.

jueves, 25 de octubre de 2012

Cada vez le pierdo más respeto al concepto de "adulto".

miércoles, 10 de octubre de 2012

quién está loco?

"...que se privatice todo, que se privatice el mar y el cielo, que se privatice el agua y el aire, que se privatice la justicia y la ley, que se privatice la nube que pasa, que se privatice el sueño, sobre todo si es diurno y con los ojos abiertos. Y, finalmente, para florón y remate de tanto privatizar, privatícense los Estados, entréguese de una vez por todas la explotación a empresas privadas mediante concurso internacional. Ahí se encuentra la salvación del mundo... Y, metidos en esto, que se privatice también a la puta que los parió a todos." ("Cuadernos de Lanzarote", José Saramago). Hoy, 10 de octubre, es el "Día Mundial de la Salud Mental". Te tiro esto, así, porque me tiene muy preocupada: ¿Por qué carajo quieren cerrar los manicomios? Esa es la pregunta. Ya he divagado al respecto en este lugar, pero ahora es tan concreta la situación, se están llevando el Borda por delante, así nomas. Tal vez haga falta trabajar en un manicomio para comprender que no son lugares terroríficos. Que lo terrorífico es que nunca los hayan mantenido como corresponde. Ahí adentro hay gente laburando para los locos, los últimos de la lista. De la lista del gobierno de la ciudad, de la lista de la mayoría de la sociedad, de la lista de muchas familias. Yo digo, ¿alguien piensa a dónde van a terminar los cientos o miles de pacientes que viven ahí? Yo se que la propuesta ideal de desmanicomializar supuestamente es buena leche, pero en Buenos Aires es imposible, repito, imposible llevarla a cabo sin afectar la salud de esos pacientes. Van a terminar deambulando por la calle, muriendo de frío. Por lo pronto, visiten a estos muchachos que si saben lo que hacen, acérquense al manicomio, a los locos. No muerden, juro que no muerden. No es posible que un negocio inmobiliario se anteponga a la salud de tantas personas. Bah, si es posible. Y es triste.

lunes, 10 de septiembre de 2012

trastorno de ansiedad generalizada, mi amigo fiel

Uno de mis entretenimientos predilectos es la costura. Como la mayoría de las cosas que se hacer, aprendí casi sola. El casi representa a mi mamá, que me enseñó a usar la máquina de coser y me prestó la suya desde que se me ocurrió que podía usarla, a pesar de haberle roto agujas cosiendo jean. Desde que soy mamá tengo muy pocos momentos para sentarme en la máquina (y para hacer muchas otras cosas, claro). Hoy, después de un día de laburo, decidí que a la noche iba a coser una cortina que tenía pendiente y me dispuse a hacerlo. Y casi al final, cuando me faltaba nada para terminarla, se me rompió la puta aguja. Más allá de la bronca porque ahora andá a saber cuándo voy a poder retomar esto aunque mañana me compre otra aguja, me pone del orto dejar algo inconcluso. Las cosas incompletas, no me gustan, me generan ansiedad, los pendientes. No se cómo explicar para que se entienda que no hablo de algo muy normal, sino más bien es parte de un trastorno de ansiedad que me domina. Por ejemplo, no puedo de ninguna manera dejar mails sin abrir en mi bandeja de entrada. Todos deben ser eliminados, abiertos, marcados como spam, lo que corresponda. Otra: se me rompió no se qué del burro de arranque del auto. El mismo día fui al mecánico y hasta que no lo arreglé no me ocupé de otra cosa. Y así con muchas otras cosas. En fin, soy medio freak-control, es lo que hay.